Un vestíbulo es una oportunidad para impactar a primera vista. Y las empresas suelen utilizar estratégicamente este espacio para transmitir su propia cultura y establecer inmediatamente un determinado estado de ánimo. Para lograrlo, el diseño de la iluminación es un factor clave, pues complementa el mobiliario y la decoración, y llama la atención sobre puntos específicos y detalles arquitectónicos relevantes.
Gaia
Construido por los arquitectos KPMB, Gaia es un nuevo y emblemático edificio en Quito, Ecuador: un espacio de uso mixto, conocido por su característica fachada en forma de lazo. Adamson Associates y ERA Architects han creado un impresionante interior, con una entrada de doble altura que mezcla materiales tan ricos como el mármol, la madera y el cuero. Suspendida, encontramos la lámpara Wireflow chandelier de Arik Levy, cuyos delgados cables negros forman un etéreo esquema tridimensional, que pone de relieve la elegancia de las barandillas de la escalera y potencia la sensación de espacio abierto que transmite el vestíbulo.
Inres
En los cinco pisos de las oficinas Inres, en Florencia, Italia, la entrada funciona como espacio de transición entre el exterior y el interior, con grandes ventanales y una amplia variedad de materiales naturales. Vertebra este espacio abierto el mostrador de recepción, sobre el que cuelga un trío de elegantes lámparas Skan. La sorprendente simplicidad y pureza de formas de esta lámpara -diseñada por Lievore, Altherr, Molina– armoniza a la perfección con el aire minimalista y la sensibilidad orgánica del espacio.
NH Ciudad de Santiago
Ubicado en Santiago de Chile, el elegante hotel NH Ciudad de Santiago recibe a los visitantes con una espectacular entrada, que incluye una envolvente escalera circular revestida de latón. Para este espacio, la empresa de diseño de iluminación Opendark eligió Algorithm, la lámpara colgante de Toan Nguyen. Fijada al techo mediante una sorprendente rejilla de acero tubular y suspendida sobre los escalones, sus largos cables salpicados con brillantes esferas de vidrio soplado a mano recuerdan una brillante constelación e invitan a elevar la mirada, creando un claro punto focal.
