Gracias a la disposición geométrica de delgadas líneas y a su atrevida base circular, nuestro aplique PIN –de Ichiro Iwasaki– es, a su vez, arte abstracto sobre la pared.
La simplicidad de las curvas esculturales de COSMOS, diseñada por Lievore Altherr Molina, es de una sobriedad perfectamente armónica con el estilo minimalista del espacio.
Suspendidos del techo, los esbeltos cables negros de WIREFLOW FREE FORM de Arik Levy representan un “puñetazo” gráfico, que destaca sobre el telón de fondo de la sala de paredes blancas.
Diseñada por Jordi Vilardell y Meritxell Vidal, MATCH crea un claro punto focal en la disposición abierta de la sala gracias a su clúster cinético de varillas metálicas dirigido hacia abajo, hacia la mesa del comedor.
Suspendida en un espacio de doble altura, HALO LINEAL –de Martín Azúa–, atrae la mirada hacia arriba, donde el juego dispar de sus delgadas líneas crea un efecto único: el de la luz flotando en el aire.
Asintiendo a la arquitectura tradicional de la habitación, la WIREFLOW de Arik Levy reinventa el clásico candelabro en forma de tiara con un colgante 3D minimalista hecho de cable eléctrico negro.