Con la presentación de las lámparas de pared Halo Wall, el diseñador Martín Azúa continúa explorando y ampliando su premiada colección Halo, creada para Vibia. Esta última incorporación está inspirada en la calidad de la luz, pura y elemental, y en los diseños minimalistas de los años 60.
La unidad básica de esta lámpara de pared, que concentra lo esencial en una silueta esbelta y austera, consiste en una sencilla pieza luminosa de un metro de longitud con base de aluminio.
La luz ambiental de esta luminaria de pared suaviza su marcada geometría lineal. El difusor oculta los LEDs incrustados en las piezas, confiriendo a este aplique un aspecto etéreo y bañando las paredes de luz difusa.
En palabras del propio Azúa, luz y materia parecen fundirse hasta «convertirse en un todo inseparable».
En sus versiones con varias piezas luminosas, la lámpara de pared Halo Wall puede colocarse en posición vertical, horizontal o en diagonal. En cualquiera de ellas –desde su instalación más contenida hasta la más generosa, en paralelo o en ángulo de noventa grados– esta pieza confirma su extraordinaria espectacularidad.
A gran escala, las composiciones se transforman en impresionantes esculturas luminosas que visten las paredes de zonas públicas en hoteles, empresas o instituciones culturales. Junto a un sofá o un sillón, este aplique actúa como lámpara de lectura y, a su vez, como obra de arte mural.
